ME DIRIJO A VOSOTROS
Experimentaréis en una hora de necesidad qué gracia y fuerza proviene de la Palabra guiada a la Tierra por el amor de Dios cuando os sentís aislados de todo el mundo y sólo podéis entrar en contacto con Dios a través de la oración … Entonces Él os hablará en Su amor y transmitiros fuerza, Él se ocupará de vosotros y os cuidará, y Su Palabra os será suficiente alimento y bebida hasta que llegue la ayuda. Ningún ser humano podrá daros el consuelo que os fluye hacia vosotros de Su Palabra, porque con Su Palabra también sentís a Él Mismo en vuestra cercanía y os encomendáis a Él en la fe. Y cuando oís Su Palabra, todo lo demás ha perdido el horror para vosotros, Su amor os habla, Su mano paternal os agarra y ya no os deja caer …
Su Palabra está lleno de mansedumbre y bondad, os promete esperanza y la reconocéis como verdad, y por eso todo miedo y ansiedad cesa, porque ahora confiáis en Él sin dudarlo. Cuanto mayor es la necesidad terrenal, más cerca está Dios de vosotros, si sólo invocáis a Él … Él no os abandona y lo expresa en Su Palabra, que podéis escuchar constantemente, directamente o a través de mediadores, si lo deseáis. Porque Dios cumple este deseo, no os deja sin alimento espiritual, no cierra el manantial de donde mana el agua viva … Él lo protege de la destrucción, no permite que sea derramado por la voluntad humana, que el manantial llegue a secarse que Su gran amor misericordioso ha abierto para vosotros, que tenéis hambre y sed, que languidecéis necesitados del cuerpo y del almas y anheláis refrigerio.
Y así Dios Mismo desciende en la Palabra a la Tierra, a los que son Suyos, cuando la gente niega todo acceso a vosotros … Entonces Él estará con vosotros y podréis recibir ricos dones de Su mano paternal, seréis físicamente y espiritualmente fortalecidos, y si habéis abandonado todas las esperanzas terrenales y os dedicáis sólo a Dios, Él Mismo tomará vuestro destino en Sus manos y os salvará de todos los problemas … Porque Su amor os abraza, como abarca a todos los que se refugian en Él en la oración …
Amén